Es una oportunidad para reflexionar no solo sobre el valor estético y simbólico de los árboles, sino también sobre su función esencial en el mantenimiento de los ecosistemas. Más allá de la romántica imagen de un árbol, debemos considerar su papel fundamental en la provisión de servicios ecosistémicos que benefician a la humanidad. Los árboles no solo embellecen nuestro entorno; son esenciales para la regulación del clima, la conservación del suelo, el ciclo del agua, y el sustento de la biodiversidad. Al reconocer su importancia ecológica, nos comprometemos a protegerlos de manera integral, entendiendo que su conservación no es solo un acto de respeto hacia la naturaleza, sino una necesidad para nuestra propia supervivencia. Con esta visión, compartimos una reflexión al respecto...
El Día del Árbol
¿Cómo podemos superar el “romanticismo” que rodea al Día del Árbol? ¿Es un mero discurso vacío?
Espero, a través de esta reflexión, ofrecer una nueva perspectiva sobre lo que significa celebrar este día, reconociendo a los árboles como seres vivos que han estado al servicio de la humanidad a lo largo de la historia. Han actuado generosamente, produciendo semillas con adaptaciones genéticas que les permiten ser sembrados y plantados en diversas partes del mundo, no solo adaptándose, sino también floreciendo, dando frutos y reproduciéndose en entornos nuevos y a menudo hostiles.
Un gran ejemplo de esto es nuestra pampa, que a principios del siglo pasado no contaba con madera para construcciones. Hoy, sin embargo, vemos árboles originarios de Australia y otras especies exóticas adaptadas y creciendo por toda la región.
Por otro lado, también somos testigos de la falta de conciencia y el cambio radical de ecosistemas, como en la provincia de Santiago del Estero, que ha sido devastada por la deforestación en busca de tanino y madera para los durmientes de los ferrocarriles.
En nuestra provincia, Misiones, aunque contamos con muchas leyes que protegen nuestra biodiversidad y han declarado a varios árboles como patrimonio natural provincial y utilizados como semilleros, aún nos falta mucha conciencia, tanto popular como empresarial, sobre el cuidado de este recurso natural. Debemos comprender realmente los beneficios que un árbol nativo aporta al ecosistema. Hoy en día, no es necesario talarlos para construir o fabricar muebles, ya que existen alternativas muy eficientes gracias a los avances tecnológicos en reciclaje. No podemos ignorar que la tala y comercialización de árboles nativos responde a un capricho del ser humano.
Entonces, surge la pregunta: ¿qué estamos celebrando?
Considero que son necesarias acciones educativas que fomenten el compromiso del ser humano con el cuidado del ambiente desde el amor. Que cada niña y niño sea consciente del verdadero significado de plantar un árbol, en toda su dimensión, asumiendo la responsabilidad de su crecimiento hasta que madure y pueda distribuir sus semillas.
Tal vez, logremos transformar almas!! Quizás, tal vez, logremos salvar lo que nos queda.
Y cuando celebremos el DIA DEL ARBOL SEAMOS COHERENTES CON LO QUE PENSAMOS, DECIMOS Y HACEMOS.
Ing. Agr. Diego Hugo Teza